Las 49 + 1

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Ultima serie de 50 obras sobre los Chakras

sábado, 12 de abril de 2008

Sobre la fragilidad del Ser


Diariamente, no importa en qué ámbito nos estemos desempeñando, experimentamos diversas formas de maltrato. El medio puede ser una palabra, un gesto, una mirada, pero la intención, la absurda intención, está ahí.
Qué hacer ante este aluvión no querido ni merecido de agresiones, ante tanta insensibilidad y anestesia por el otro, ante tanta energía malgastada inútilmente?
Lo primero: no engancharnos, porque de hacerlo entraríamos en una espiral que no tiene solución. Si al que grita le respondemos con gritos, gritará aún más, si le respondemos con el silencio es probable que se avergüence de la soledad de sus gritos al escuchar el eco de su propia voz.
En los tiempos que vivimos es muy difícil mantener la calma y no entrar en este juego de descarga de tensiones, porque en última instancia, el maltrato y la agresividad no son más que eso: una descarga de tensión, pero en el lugar y con la persona equivocados.
La energía que se pone en juego en este tipo de situaciones tiene efectos estresantes en el cuerpo y contamina nuestro mundo interior, echando por tierra todo el trabajo que tal vez estemos haciendo para mejorar nuestra calidad de vida.
Aún cuando el medio que nos rodea se esté desplomando, no debemos perder nuestra integridad, ni permitir que energías ajenas contribuyan a hacerlo. Cada uno de nosotros es un ser único, de riqueza interior ilimitada, cada ser humano posee la fragilidad de la flor más delicada. Fragilidad no es aquí sinónimo de debilidad sino de delicadeza, de singularidad irrepetible. No hay dos personas iguales, cada vida humana es una semilla que ha germinado y a través del tiempo se convirtió en añejo árbol. Y por esa razón es frágil, porque en su interior palpita un corazón, vive un espíritu, mora el amor.
Cuando algo terrible nos acontece decimos que “se nos rompió el corazón” o que “estamos deshechos,” cuando hemos hecho un esfuerzo físico y mental muy grande decimos que “estamos destruidos.” De continuo el lenguaje expresa esa fragilidad. Un bebé recién nacido y un anciano son imágenes que sugieren fragilidad.
Cada vez que interactuamos con el otro, estamos poniendo en juego nuestras mutuas fragilidades.
“Dos flores que comparten el mismo suelo deben mecerse con el viento en la misma dirección.” Tal vez, ésta sea la imagen que mejor exprese el modelo ideal de comunicación humana. Desde la comprensión, desde el respeto, desde la calma, desde estar centrados en nosotros mismos, debemos ayudar al otro a encontrar su punto justo.
Al responder a un mal gesto con una sonrisa, abrimos un espacio de desconcierto, donde el otro toma conciencia de su actitud absurda, errónea. Tal vez sea un aprendizaje lento, pero será efectivo. Al que asesta un golpe, recibir una caricia lo volverá a la realidad.

1 comentario:

N dijo...

wow...padrino...lei todo , la verdad ke tambien lei ernestin...me gusto, ke bien ke escribe y sus cuadros son sensacionales!...

bueno, yo se ke cuando tenga mas tiempito, le dedicar mas a mi arte, la pintura, capaz hasta pintar como ud!

una genialidad estos dos post ke subio..


un re abrazo
su ahijado

N
www.nanoelottte.blogspot.com