Las 49 + 1

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Ultima serie de 50 obras sobre los Chakras

domingo, 30 de septiembre de 2007

El hombre que fue


La gran obra marcadora del nuevo período, post Europa, se llamó "El hombre que fue", un cuadro que llevó más de un año de trabajo, que comenzó con dos figuras y terminó con una, que cuenta la historia del cambio, de la transformación, del ensueño. También habla del futuro, de la soledad, del anhelo. Es duelo y melancolía. Perfila lo que vendrá debajo de múltiples capas de color, o múltiples capas de dolor. ¿El hombre que fue o el hombre que fuí? Todavía no encontré la respuesta, tal vez en la obra que siga a esta haya una clave. Tal vez el texto que reproduzco debajo, aporte una señal:

El hombre que fue tiene dos versiones posibles. La primera cuenta la historia de un hombre que era guardián de sueños. La noche de su desaparición, velaba por el sueño de ELLA. Debía evitar que el universo onírico de ELLA configurase imágenes pesadillescas.
ELLA necesitaba descansar, sus abismos interiores estaban plagados de deseos perturbadores y ELLA no quería confrontarlos, por lo tanto le había suplicado a él que se mantuviese despierto y expectante para defenderla de sus propios fantasmas. Lo que el desconocía era que el pedido de ELLA equivalía a intentar meter un huracán en un dedal…Aún así, se recostó al lado de ELLA y la observó mientras se abandonaba plácidamente a su sueño vigilado. Pasaron las horas y el espíritu de la noche esparció sus conjuros por el firmamento. El comenzó a sentir que sus párpados pesaban cada vez más y más, hasta que se le apareció una imagen: estaba en el medio de un verde campo que estaba en el medio de un azul mar que estaba en el medio de un verde campo… y se durmió, transformándose de inmediato en una extensión verde azulada. ELLA, desprotegida, cayó en sus abismos interiores y entró en un sueño del que tal vez, nunca despierte.

La segunda versión cuenta la historia del hombre que fue… a buscar un espanta sueños y en el camino se encontró con un pincel, a simple vista inofensivo. Sin embargo, el pincel estaba cargado de verde y de furia y le dijo: “no tenés derecho a dejarla sola, ni siquiera por un instante”. El hombre se asustó e invocó al espíritu de la noche por protección, pero éste, ansioso por apresar los sueños de ELLA descargó un azul acuoso sobre el hombre que se fue disolviendo hasta transformarse en una extensa mancha de color. Por las noches, quienes se acercan a observar como ELLA duerme, escuchan los gemidos de un hombre, pero no pueden verlo, porque está en todas partes y en ninguna a la vez…

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