sábado, 22 de mayo de 2010
MANOS ATADAS
Atarme las manos para no sentir
ni poder tocar
ahí,
donde duele
a corazón abierto
no llega la nieve
aunque mi invierno me robó
la llama cálida que ardía
en mi mente
porque la apagó
con una lluvia fría e impotente
como lágrimas de glaciar.
Atarme las manos para no morir
a manos de la tristeza
que se alió con nubarrones grises
para ensombrecer el corazón
que estando abierto, duele
y se queja, en voz baja
en ese desolado paisaje de pura emoción.
Atarme las manos para sobrevivir
cuando ya no tengo donde ir
cuerpo deseante abandonado
a placeres estériles y miradas vacuas
a labios descarnados y gemidos hirientes
a noches solitarias y a días incandescentes
con la NADA como destino.
Atarme las manos
cerrar fuerte los ojos
ahogar mis palabras
combatir el llanto
volverme roca
morirme de amor...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)